Todo viaje es un paréntesis de excepción en la vida cotidiana de la mayoría de las personas. Cuando este viaje se realiza en avión, aún rompe más con la rutina de los desplazamientos, que habitualmente suelen efectuarse a pie o en coche. Un aeropuerto es la antesala de todo viaje aéreo. Su estructura, su configuración y su espacio deben dar cumplida respuesta a la gran complejidad de funciones y de situaciones que acoge, y también ser fiel expresión de sus contenidos y su singularidad. Por ello debería de ser un espacio emblemático, luminoso, claro, alegre, confortable, que colabore a crear un clima optimista, evitando al máximo la incertidumbre y el estrés que cualquier viaje de carácter excepcional suele producir y aportando serenidad, sosiego y confianza, permitiendo así a sus usuarios –viajeros, acompañantes, tripulaciones aéreas y trabajadores de tierra– una estancia, una partida o una llegada fácil y feliz. Hemos tratado de respetar y aprovechar las virtudes y los valores de todo tipo, que el actual Aeropuerto de Peinador ofrece, tales como su escala humana, sus proporciones espaciales o su acertada relación tierra-aire –todos ellos causa de la familiaridad con que los usuarios se mueven por esta terminal–, añadiendo luz, color, confort, claridad, racionalidad y belleza con la nueva actuación.
For most people, every journey is an exceptional pause in everyday life. When travelling by plane, routine movements are broken even more, since they usually tend to be on foot or by car.
An airport is the prelude to all air travel. Its structure, layout and space must appropriately match the vast complexity of roles and situations that take place within its walls, and must also be a faithful expression of its contents and uniqueness. It should therefore be an emblematic, bright, clear, happy building that works as a whole to create an optimistic atmosphere, avoiding, to the extent possible, the uncertainty and stress that trips can cause.
An airport should provide serenity, calm and confidence, giving its users – travellers, companions, air crews and ground workers – an easy and happy stay, departure or arrival.
We tried to respect and harness the diverse virtues and values that Peinador Airport currently offers, such as its human scale, spatial proportions or proper ground/air ratio, all of them the motive behind the familiarity with which users move through this terminal, adding light, colour, comfort, clarity, rationality and beauty with the new addition.